XI Congreso

Congresos Nacionales de Numismática

A través de está página podrá encontrar las crónicas de los Congresos Nacionales de Nvmismática que se han celebrado hasta la fecha.

Memoria del XI Congreso Nacional de Numismática

Crónica del XI Congreso Nacional de Numismática

Antonio Beltrán Martínez

El XI Congreso Nacional de Numismática desarrolló sus tareas entre los días 16 a 19 de octubre de 2002 en el Centro de Exposiciones y Congresos de Ibercaja. La sesión solemne de apertura estuvo presidida por D. Gonzalo Ferre Moltó, presidente de la Fundación Casa de la Moneda, de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, de Madrid, y con intervención de D. Román Alcalá Pérez, en nombre de Ibercaja, como responsable de la Obra Social y Cultural, el profesor D. Gonzalo Borrás Gualis, director de la Institución "Fernando el Católico" y el presidente y coordinador del Congreso D. Antonio Beltrán Martínez quien pronunció el discurso de apertura, informando del proceso de organización del presente Congreso y la liquidación del anterior celebrado en Albacete, agradeciendo a los organismos patrocinadores, a los ponentes y congresistas su participación. El desarrollo de las sesiones científicas se centró sobre los temas siguientes que se exponen en resumen:

La moneda "legal" es uno de los últimos grandes descubrimientos de la Historia de la Humanidad. Presente solamente desde el siglo VII a. C. y aun así no difundida hasta trescientos años después. Permanente instrumento como medio de cambio y común medida de valor de las relaciones entre los hombres, como pago de compra y venta de mercancías y contratación de servicios, base de atesoramiento y atributo de la soberanía y de propaganda. El largo proceso de trueque, al cambio directo o por medio de mercancía acreditada, hasta llegar a la universalidad que se refleja en las monedas mundialmente aceptadas, el euro como moneda europea y la monética que se ocupa de tarjetas, símbolos y documentos, ponen de relieve la importancia de los sistemas de fabricación de la moneda metálica y de papel. Dicho tema venía impuesto por la circunstancia de que el Congreso debió de celebrarse en Segovia solemnizando la apertura del antiguo Ingenio a molino y, por tal motivo, una de las innovaciones del XI CNN fue el que cada congresista pudiera acuñar a martillo, por sí mismo, una monedita con el tipo de un templo tetrástilo de una moneda de bronce cesaraugustana, seguramente uno de los hallados en las excavaciones y cubierto de nuevo o desaparecido; con la anécdota numismática de que al acuñarse en plata y al tamaño de un denario no tuviera nada que ver con las emisiones municipales de la colonia Caesar Avgvsta.

A despecho de las diferencias en las técnicas de acuñación estudiadas en las ponencias sobre las Edades Antigua, Media, Moderna y Contemporánea, la unidad de las monedas fundidas, acuñadas, o de cualquier tipo dentro de las fiduciarias, reposa sobre el hecho social de las relaciones económicas y políticas entre los hombres, los reinos y estados; sin que sea necesario recurrir a los ejemplos de un rey Midas que todo cuanto tocaba se convertía en oro y siendo tan rico estuvo a punto de morir de hambre, de Creso y la fabricación de las monedas lidias en una minúscula habitación o de un teórico Robinsón entre cuyos haberes salvados del naufragio lo menos útil eran las ricas monedas.

Siguen siendo fundamentales las prescripciones sobre materia, forma y ley, resumidas por San Isidoro en el capítulo XVI, 7 de sus Etimologías. Aunque la aparición de la moneda fiduciaria y de los signos monetarios de nuestros días parezcan indicar lo contrario, sin eludir las cuestiones económicas que podríamos sintetizar en la ley de Gresham, en las quejas aragonesas por la "moneda mala" de sus reyes y sus anhelos de "moneda perpetua" que capease los problemas de la inflación y el "modernismo" de la introducción del florín de oro de Aragón por Pedro IV, contra la opinión de las Cortes y batido en la ceca patrimonial de Perpiñán con la paradoja de que la nueva moneda de oro apellidada "de Aragón" no se acuñara en tierras del reino más que en Zaragoza y solamente durante tres años, respetando el viejo vellón de escaso valor.

Seguirá siendo norma vigente la de la "moneda acreditada", bien a través de piezas como el sólido, el maravedí, la dobla, el florín, el ducado, el escudo o el "duro" hispanoamericano o la fiduciaria respaldada por una economía floreciente. En cualquier caso, el derecho de acuñación, privilegio real o de la soberanía, podrá llegar a la parcial cesión de ella en beneficio de la común Unión Europea que el euro significa, aunque se mantengan rasgos individualizadores de cada país en una de las caras de la moneda.

Las sucesivas ponencias se ocuparán del proceso histórico de la fusión, acuñación, impresión, la complicación de la maquinaria y sus servidores los cospeles y cuños, que tan bien ha estudiado para Hispania la profesora García-Bellido, con inovaciones revolucionarias como el molino del Ingenio de Segovia o la prensa de Le Tonnelier introducida por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. La evolución de las "oficinas" como la aledaña del templo de Juno Suasoria o Moneta, de donde derivará el nombre genérico de las acuñaciones, el cuartucho del palacio real de Sardes, el no mayor Argyrokopeion de Atenas o los talleres itinerantes, de los que podríamos poner como ejemplo algunos visigodos y especialmente los de las cecas de necesidad de Boltaña, Gistaín o las acuñaciones impuestas por la guerra de la Independencia y las ciudades sitiadas.

Los estudios numismáticos, en España, desde las acuñaciones de los pueblos colonizadores y las primitivas "ibéricas" hasta nuestros días, puede resumirse en una lista de investigaciones que aunque fuera larguísima siempre resultaría incompleta, por más que en la mayor parte de estos estudiosos sea menos conocido de lo que sus méritos exigen. Citemos a Antonio Agustín y sus Diálogos de 1573, como gran precursor y a Juan Vicencio Lastanosa, oscense, sobre la moneda jaquesa, Arfe y Villafañe y su Quilatador de 1572, la reunión del monetario de Felipe II origen de la colección real en el Escorial, la ingente obra del Padre Flórez, con sus Medallas de 1557 a 73, Velázquez, Gusseme y su diccionario, Martínez Pingarrón y las asombrosas notas que añadió al Diccionario de Jobert, a los eruditos Pérez Bayer, hebraísta, Liciniano Sáez, especialista en las monedas castellanas de Enrique IV, a los colaboradores del Memorial Histórico Español y a los gigantes maestros de todos cuantos trabajamos hoy en la ciencia numismática: Zobel de Zangróniz, Antonio Vives, Antonio Delgado, Gómez Moreno, Heiss, Rodríguez Berlanga, Herrera, Prieto Vives, Codera, Botet y Sisó, Campaner y Fuertes, Pío Beltrán y Mateu y Llopis, de cuyo nacimiento se cumple ahora el centenario. Todos ellos son la pléyade de numismáticos actuales que no es necesario nombrar y que resumen sus trabajos en revistas especializadas como Nvmisma y Gaceta Numismática, es decir, en el trabajo de la Sociedad Ibero- Americana de Estudios Numismáticos, Asociación Numismática Española, monetarios del Museo de la Real Casa de la Moneda de Madrid, del Museo Arqueológico Nacional, del Gabinete Numismático de Cataluña, en Barcelona, de los museos provinciales, con la colección y biblioteca Pío Beltrán, en el Museo Provincial de Zaragoza y centros como el Instituto de Valencia de D. Juan y el brío de sociedades numismáticas, muchas de ellas patrocinadoras de estos congresos, como las de Avilés, Valencia o Zaragoza.

En la sesión de clausura se hicieron públicas las estadísticas por el presidente del Congreso A. Beltrán: 158 congresistas, 4 ponencias y 39 comunicaciones presentadas.

Se aprobaron mociones de gracias a los patrocinadores del Congreso, una especial para la Real Casa de la Moneda por el apoyo prestado a la numismática científica, al Museo y a la revista Nvmisma. Otra dirigida al Banco de España, solicitando que su colección de billetes de banco sea expuesta al público y visitable. Se acordó así mismo felicitar al Museo Arqueológico Nacional por la celebración prevista del próximo Congreso Internacional de Numismática.

Se han recibido diversos ofrecimientos, en principio, de acoger el siguiente congreso del año 2004; de Segovia en el caso de G. Murray, de la Sociedad Numismática Avilesina, del Museo Arqueológico Nacional y de la Real Casa de la Moneda, acordándose un voto de confianza al presidente para decidir según las circunstancias.

Así mismo se entablaron las primeras gestiones para la edición de las actas del Congreso con los textos íntegros de las ponencias y las comunicaciones.